miércoles, 2 de abril de 2008

INSECTOS-POEMITAS DE AMOR QUE HACEN SU MIEL CON EL NECTAR QUE DEJA EN LAS TAPAS DE LAS ALCANTARILLAS LA ETERNA VUELTA DE MARZO-SEPTIEMBRE.

A veces, toda la verdad del universo cabe en un metro cuadrado de cemento fresco:

"Me haces falta, mucha falta, no sé tú"

Otras veces en un trozo de metal es una fiesta la inocencia:




"Cada mañana al despertar mi corazón y mi alma se alegran de saber que no eres tu un sueño que tu eres MI realidad"

Decenas de insectos-poemitas de amor aletean en las tapas de las alcantarillas de Santiago de Chile como si estuvieran bebiendo el nectar de una camelia. Hay quien dice que un poeta sin techo los redacta con ácido y hay quien apunta a la monomanía de un obrero enamorado en la cadena de montaje de una fábrica de tapas de alcantarilla. El caso es que cuando alguien se encuentra con uno de estos insectos-poemitas de amor sufre una picadura en el centro del diafragma, y la respiración resbala un momento y se cae del tiempo, porque nota, en ese instante, que alguna persona lejana le está echando de menos.

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